



Lejos quedaron los días en que se guardaban los estado de cuenta de las tarjetas de crédito en un cajón o que se recurría a una libreta para anotar cualquier dato importante relacionado a estas.
Los avances tecnológicos hicieron posible realizar transferencia a otras cuentas bancarias, depósitos a otras tarjetas de crédito, incluso pagar servicios básicos desde una aplicación móvil.
Sin embargo, los dispositivos electrónicos que se utilizan para guardar información sensible como los datos bancarios, números de identificación, direcciones, nombres de usuarios y contraseñas no están exentos de sufrir un ciberataque.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Ciberseguridad (AMECI) entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, se registró una disminución del 12 por ciento en la actividad maliciosa en internet; pero ese porcentaje aumentó dos puntos debido a la emergencia sanitaria.
Kaspersky, empresa de desarrollo de software de seguridad, señaló las tres principales amenazas a las que está expuesta la información bancaria guardada en un smartphone, así como en tablets.
- Spyware o programas espías que registran ubicaciones, textos, audio, video e imagen para obtener datos.
- Keyloggers o programas que registran las pulsaciones en el teclado para obtener nombres de usuario o contraseñas.
- Troyanos bancarios que roban datos relacionados con las aplicaciones y tarjetas bancarias.