



Muchas veces el abdomen se siente a reventar después de comer demasiado rápido, masticar poco y consumir alimentos procesados con abundantes conservadores y colorantes.
La digestión pesada sucede a cualquiera cuando se come con demasiada prisa y sin dar tiempo a la masticación.
Por ende, la comida llega al estómago casi sin digerir y forzando al tubo digestivo a invertir más tiempo en la descomposición y absorción de los nutrientes.
Los problemas digestivos pueden causar dolor abdominal, cambios en el ritmo intestinal, estreñimiento y diarrea.
No obstante, la alimentación balanceada y hábitos saludables pueden mantener una buena flora intestinal.
La clave para mantener el abdomen menos inflamado está en evitar azúcares refinados, grasas saturadas, comidas precocidas y consumir más productos naturales que contribuyan, además, a la buena digestión.
Por ejemplo el tamarindo. Una taza de 120 gramos de su pulpa aporta nutrientes como el magnesio, potasio, hierro, calcio, fósforo, así como vitaminas B1 y B2; pero sobre todo fibra.
Este fruto es considerado un laxante natural que ayuda a desinflamar el abdomen, ya sea por trastornos digestivos o por un atracón de comida.
La forma más sencilla de comer tamarindo es ingerir la vaina cruda.
El fruto se lava y desinfecta en agua. Después se deja secar y se retira la cáscara para comer solo la pulpa.
Para su elaboración se necesitan 15 tamarindos secos y 5 tazas de agua.
Elaboración