



Las personas creen que un producto es inofensivo para la salud si proviene de una planta, sin embargo, las plantas pueden contener agentes tóxicos, irritantes o propensos a causar reacciones alérgicas en la piel.
Uno de esos productos son los aceites esenciales, los cuales no se recomiendan aplicar en los bebés o menores de edad, al menos de contar con una prescripción médica.
La experta en aromaterapia y licenciada en Farmacia y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad de Barcelona, Laura Mestres, sugiere que los aceites esenciales pueden utilizarse en los más pequeños pero seleccionándolos con mucho cuidado.
De acuerdo a Mestres, deben evitarse aquellos aceites que contienen moléculas agresivas, como el fenol, la cetona, el mentol y el eucaliptol. Además, debe respetarse la dosis y las formas de aplicación aconsejadas por un terapeuta especializado en aromaterapia.
Cabe destacar la importancia de elegir por aquellos productos con certificado BIO, es decir, de cultivo ecológico certificado.
Existen en el mercado difusores con vapor especialmente diseñados para bebés, que además son humidificadores, a los que se les añade como mucho tres gotitas del aceite esencial seleccionado.
Se debe tener la precaución de usar el difusor de forma discontinua para no saturar el ambiente, por ejemplo, cada 20 segundos de funcionamiento y 40 segundos de pausa.
Otra forma de aplicación del aceite sería la vía tópica, pero siempre diluidos en un aceite vegetal de calidad suave, tipo avellana o nuez de albaricoque, o una crema natural, sin parabenos ni conservadores que puedan irritar la piel.
Esta forma de aplicación del aceite esencial se caracteriza por ser sencilla, eficaz y agradable, pero hay que tomar en cuenta un dispersor para emulsionar el aceite en el agua.
Para reducir sus niveles de concentración del aceite esencial, se puede utilizar un poco de leche entera, siendo esta la mezcla que se vierte en el agua de la bañera.
Como se mencionó anteriormente, los aceites esenciales son productos a los que se debe prestar mucha atención, ya que cuando se usan concentrados y directamente sobre la piel, éstos pueden causar irritación, como el aceite de canela, clavo, anís, ylang-ylang, bergamota y verbena.