



Si anteriormente se pasaban largas jornadas frente a la computadora, preocupa que con el confinamiento, el home office y la educación en línea las horas frente a una pantalla se hayan incrementando, pues trae efectos negativos que las personas ya podrían haber notado en su cuerpo.
En la actualidad es esencial considerar realizar actividades al aire libre, ejercitarse o simplemente pasear a las mascotas, con la finalidad de mitigar las afectación por el uso diario de las herramientas tecnológicas.
En un artículo de la Escuela de Medicina de Harvard se señala que el uso excesivo de la computadora podría afectar la vista, una consecuencia que se conoce como Síndrome de Visión por Computadora. Sus principales síntomas son la sequedad en los ojos y la fatiga visual, causados por no parpadear para restablecer la película lagrimal de los ojos.
Otra afectación, por el uso prolongado de las pantallas, es el dolor de cabeza continuo. Para evitarlo se recomienda usar gafas de descanso o gotas para lubricar los ojos, según lo recomiende un médico.
Un malestar lleva a otro y así se llega hasta la alteración del sueño. La luz azul de la computadora provoca que el cerebro permanezca activo por más tiempo debido a la disminución de melatonina, hormona que promueve el sueño.
En casos más severos podrían presentarse otros problemas como mala circulación, aumento de peso corporal, debilitación de los huesos, metabolismo lento, inflamación en piernas, pies y brazos, y desequilibro hormonal.
Para prevenir estos malestares se recomienda adecuar un espacio de trabajo donde entre suficiente luz natural, colocar la pantalla del ordenador a la altura de los ojos, utilizar una silla cómoda y tomar descansos para relajar los músculos y huesos del cuerpo completo.