



Hay quienes aseguran que tener una mascota, como un perro o un gato, ayuda a aliviar alteraciones como el estrés, la ansiedad y el insomnio, pues acariciarlos produce un efecto tranquilizante que mejora el estado de ánimo de las personas.
Se dice, además, que las personas con mascotas son más felices, porque los animales domésticos contribuyen de forma activa a la sensación de felicidad, ya que pueden satisfacer las necesidades sociales de una persona, incluso su integridad física.
Lo anterior lleva a las Terapias Asistidas con Animales, siendo el perro el que más se utiliza para las sesiones de trabajo, ya sean grupales o individuales, con niños, adolescentes y personas mayores, entre otros individuos.
De acuerdo a la Fundación Affinity, con 25 años trabajando por los derechos de los animales, los perros de terapia ayudan a mejorar el contacto interpersonal y social de los pacientes, así como a favorecer su actividad física y mental.
Asimismo, la fundación explica que los perros de terapia son buenos para trabajar sobre cuatro aspectos o áreas específicas: física, cognitiva, emocional y relacional.